Regresó al pequeño vestíbulo de su habitación, y puso nerviosamente el seguro en la puerta. Entonces cruzó el dormitorio, y a través de los vidrios de la puertacorrediza observó el ardiente sol de Egipto que se acercaba al horizonte en el oeste. La esfinge parecía un león hambriento, listo para dar el zarpazo. Las pirámides elevaban su macizo contorno contra el cielo color sangre. Erica hubiese deseado sentirse más feliz a la sombra de las pirámides.
Robin Cook
La esfinge
1 comentario:
muy buen texto y lindo blog...
saludos...
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